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Pared "del zulo" |
El gran coliseo de Ciudad Real (Quijote
Arena), donde el mejor equipo del mundo de balonmano nos hacía sentir la
emoción del deporte de élite con extraordinarias tardes de gloria, se encuentra
ahora desolado. Yermo desde la mudanza del club BM Ciudad Real a Madrid. El
pasado mes de septiembre pudimos conocer que la instalación acogerá distintas
escuelas municipales deportivas de la ciudad. Ajedrez, esgrima, tiro con arco,
tenis de mesa y tiro de aire comprimido son algunas de las disciplinas que se
trasladarán al recinto. Pero fue la creación de la nueva escuela municipal de
boxeo lo que llamó mi atención. Un deporte oscuro y muy criticado por su dureza.
Sin embargo, aquellos que han experimentado su virtud coinciden en que la
belleza del contacto radica en el esfuerzo y el sufrimiento, la inteligencia, la
técnica, el respeto por el contrincante. Solo apreciando estos valores se puede
entender el sobrenombre, aunque suene a tópico, de "noble arte".
El presidente de la Federación Boxeo de
Castilla-La Mancha, Rafael de la Cruz Díaz "Chino", junto con su hijo
Rafael, serán los encargados de coordinar la escuela municipal de boxeo. Rafael
De la Cruz o "Chino" (alias de boxeador) lleva toda una vida
vinculada a este deporte. Comenzó muy joven. Nino Álvarez, con quien trabajaba
de camarero, fue su maestro. Él fue el que le transmitió todos sus conocimiento
acerca del boxeo, y con él disputó sus 57 combates (47 victorias, 7 derrotas y
3 nulos). Entonces se vio obligado a realizar el servicio militar. Más tarde, tuvo
que bajarse de los rings al no poder compaginar el trabajo con los
entrenamientos. Dos años después, su amigo, José Sánchez Cacharrero, le propuso
entrenar a un grupo chavales. Comienza así su carrera como instructor.
Fueron entre 40 y 50 los jóvenes que Rafael preparó
para competición. De entre los cuáles cuenta 17 campeones de España. Ahora
mismo su mayor ilusión es su hijo. Rafael "Junior" (bromea su padre
explicando que "Chino" solo hay uno) obtuvo hace poco el título de
entrenador, que le acredita como conocedor de los fundamentos del boxeo y capaz
para transmitirlos de forma correcta. Heredó la pasión por este deporte de su padre,
quien le llevaba de pequeño al gimnasio. Le llamaban la atención esos duros
entrenamientos. Ver a los púgiles en la esquina del cuadrilátero. Los golpes,
las esquivas, las fintas, los desplazamientos. "Lo llevaba en la
sangre".
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Rafael de la Cruz Díaz "Chino" entrenando junto a su hijo |
Rafael de la Cruz Díaz lleva 9 años al frente de la
Federación Castellanomanchega de Boxeo. Casi una década supervisando todos los
clubs de boxeo de la región. Aunque en Ciudad Real se practicaba en algunos
gimnasios, Rafael afirma que el boxeo en la provincia lleva años agonizando. "Para
renacer es necesario empezar desde el subsuelo" explica Rafael. Comprendí
esta afirmación cuando llegamos al gimnasio que él mismo y su hijo habilitaron
hacer varios meses. Bajo suelo. Un almacén en un parking de cocheras. Dentro "del
zulo" (como ellos lo llaman): un ring, varios sacos, punchings,
correctores, etc. Aquel lugar desprendía cierto aroma motivador.
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Rafael de la Cruz Panadero entrenando en el ring |
Sin embargo, "el zulo" tiene una algunas limitaciones,
como el espacio o la ausencia de vestuarios. Por eso, toda la ilusión está
puesta en la nueva escuela de boxeo. Se espera que tenga una buena acogida. Que
la gente se cautive de la esencia de este deporte. Que Ciudad Real comprenda
que "el boxeo es una gran familia, digna y con respeto". Y para
entenderlo, más aun hablando de la capital ciudadrealeña, es necesario conocer
la figura de Juan Carlos Díaz Melero "Chupete". Porque los conceptos
"Ciudad Real" y "boxeo" van acompañados de la palabra "Chupete".
Un campeón infravalorado en su tierra, como el deporte que practicaba. Una
historia de superación.
UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN
Desde muy joven, con 14 ó 15 años, Juan Carlos Díaz
Melero "Chupete" (1975) empezó a hacer ejercicio por su cuenta. "Salía
a correr, hacía pesas con bombonas de butano y golpeaba un saco estilo
militar". Con 16 años fue a un conocido gimnasio de Ciudad Real donde se
impartía taekwondo. Pero las clases eran caras, 22.000 pesetas. Se enteró de
que el boxeo era gratuito, y decidió comenzar. Su primer combate fue en Madrid.
Chupete confiesa que fue allí engañado, "estaba comiéndome un bocata de
chorizo y bebiéndome un café cuando me dijeron: venga que vas a pelear".
Entonces subió al ring y noqueó a su adversario. "Gané por K.O al
subcampeón de España". Desde ese momento Chupete confiesa que el boxeo fue
como una droga.
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Juan Carlos Díaz Melero "Chupete" sujetando el cinturón de Campeón de Europa |
Después de su primer combate, los entrenadores, que
vieron su arranque y su pegada, se interesaron en él. En Ciudad Real su
entrenador fue Rafael de la Cruz. Aunque en muchas ocasiones entrenaba solo.
Pero Juan Carlos, para seguir creciendo como deportista, tuvo que marcharse a
Madrid. Firmó con Ricardo Sánchez Atocha, entrenador de Poli Díaz, "El
Potro de Vallecas", y Javier Castillejo, "El Lince de Parla",
entre otros. Eso también supuso limitaciones para Chupete. "Es duro estar
a la sombra de Poli Díaz y Javier Castillejo". Al tener el mismo
entrenador, "hasta que Castillejo no acabara su carrera, no iba yo". "Lo
bueno es que ahora nos vemos como entrenadores. Y es muy bonito porque somos
amigos, pero estás en la esquina deseando que gane tu chaval".
Entrenaba en Vallecas y en Fuenlabrada. Durante esa
etapa (alrededor de 15 años), afirma haber aprendido muchas cosas.
"Aprendí a vivir solo, conocí mundo, pero, realmente mi vida era entrenar
y a casa". También hubo momentos difíciles. Con 18 años, con la selección
española "lo pasé mal porque soy una persona muy nerviosa e independiente.
Allí había que estar en piña y muy concentrados. Aquello era duro".
Además, una de las adversidades con las que hay que luchar, es que el boxeo, en
España, no es suficiente para vivir. Chupete ha trabajado de barrendero y
jardinero para el Ayuntamiento de Ciudad Real, de albañil. Yendo a Madrid a
entrenar de Lunes a Viernes a partir de las dos de la tarde.
Siendo Campeón de España, trabajaba de vigilante en un
centro de menores. "Me levantaba a las 5 de la mañana y me iba a
correr". Fue en ese tiempo cuando se le presentó la oportunidad de
competir por el campeonato europeo del peso ligero. "Con 1 ó 2 meses por
delante fui a Orense. Me centré y lo gané". Su forma física era
espectacular. Sin embargo, el gran esfuerzo hizo que volvieran unos dolores en
la rodilla que habían aparecido meses antes entrenando. "Pero el
fisioterapeuta cuesta dinero". Y siendo Campeón de Europa se tenía que
seguir pagando los viajes a Madrid para entrenar. "Si eres Campeón de
Europa tienes que aprovechar. Hice dos defensas en 3 meses. Y las gané".
Entonces llegó uno de los momentos más duros. Tuvo
lugar en Ciudad Real. Chupete defendía el título europeo contra el bielorruso
Yuri Romanov. Iba ganando el combate. "Quise agradar a la diputación para
que el boxeo tuviera ayudas. Me fui arriba a por él. Pero me cogió y
perdí". Una vez que el bielorruso ganó el título europeo hizo todo lo
posible por ampliar el plazo para defenderlo (a los seis meses es obligatorio
competir contra el primer aspirante), ya que si Chupete le ganaba iría al
mundial. Y consiguió aplazarlo 3 meses. "Así que me eligieron otro
contrincante, un Inglés. Pero justo un mes antes, la rodilla. No entrené
durante ese mes. Fui a jugármela, y perdí". Pero su obsesión era el
bielorruso Yuri Romanov, tanto así que "estaba dispuesto a no llevarme
nada para que lo trajeran". Mientras tanto, Chupete hizo 7 combates, entre
ellos el Campeonato de la Unión Europea, en Francia. "Gané los 7 demostrando
que era el número uno de Europa. Si tienes dinero, se pacta el combate. Pero si
no le pagas, no viene".
Yuri Romanov es un deportista laureado en su
país. Allí se reconoce a los boxeadores, igual que en los Estados Unidos,
México, Cuba, Inglaterra, etc. "Yo hubiese necesitado concentrarme
únicamente en boxear. Como otros deportistas. Porque un deportista necesita
dormir bien, comer. Y el boxeo requiere un esfuerzo y una dedicación
absoluta".
Ahora Chupete entrena en varios gimnasios de
Ciudad Real, compaginando estos entrenamientos con su trabajo como vigilante en
un museo. Se le puede ver corriendo de un lado a otro de la clase. Gritando:
¡subid las manos!. Corrigiendo. Su sueño es abrir un gimnasio. Uno sin las
limitaciones que tiene ahora, horarios, espacio, etc. Donde pueda ayudar a los
jóvenes que quieran competir. Y a aquellos que tengan ganas de aprender.
Apoyando a los que no puedan irse a Madrid para recibir un buen entrenamiento.
"Lo más importante es tener a gente profesional que cuide de los chavales".
Para ello ha cogido ideas de diferentes gimnasios de todos los países que ha
visitado. "Quiero hacerlo bien. Si sale, bien. Si no, me pego una
hostia".
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"Chupete" instruyendo a una alumna |
Muy GRANDE como persona y profesional ese CHUPE¡¡¡
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